La Ruta Araucaria marco en mi vida, lo que para un ciclista puede llegar a ser su primera bicicleta, fue mi primer bikepacking fuera del origen e igual que mi primera bici, me ayudo a ser más libre,  me dio la libertad de pensar que las fronteras, más que dividirnos se inventaron  para cruzarse.

¡Aquella sensación de plenitud atravesando los bosques de Araucarias fue Reveladora!

Reveladora de formas inimaginable, fue como descubrirme un ser pequeño y vulnerable ante la grandeza de un lago que sus habitantes llamaron Conguillio.

Mientras salíamos de Temuco pensaba mucho en la capacidad exploratoria de la humanidad, en todo lo que habíamos conquistado a través de la curiosidad y las ganas de descubrir nuevos caminos y me veía allí, en la mitad de la Patagonia junto a un extraño, con mi bicicleta, saliéndonos del mapa, maravillándonos de los más sencillos regalos que puedes darte a ti mismo, admirar el presente y reconocerte en él.